Esta es la apodada encina-rinoceronte, llamada así por la semejanza de alguna de sus gordas ramas con el morro de un rinoceronte. Primero Noelia, después subimos todos. El bosque invita a retroceder a la infancia y a subirse a los árboles.Tal vez a una infancia de la evolución humana, a un planeta de simios.
Me pregunto de quién partió la idea de nombrar a esta singular encina con ese nombre y en qué momento todos lo aceptaron.
Existen otras encinas que son hitos del monte desde hace decenios, que yo sepa: el Árbol Hueco (herido por un rayo), las Tres Encinas, el Árbol Juntero... y otras muchas con los nombres de personas del pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.